El Concilio

jueves, 29 de octubre de 2015

Infantería Británica IIGM (1943)


¡Hola hola, frikazos!

Por fin ha llegado el momento que todos esperabais: mi primer post.

Contrariamente al resto de vosotros, y como ya sabéis, mi idilio con el hobby es relativamente reciente. Cierto es que de jovenzuelo con perilla me dediqué a “pintar” miniaturas de Fantasy (Altos Elfos ftw) y de 40K (Catachanes), pero no pasó de una veintena de miniaturas. Ha sido ahora, en mi segundo despertar freak cuando me he puesto manos a la obra y me he dedicado a pintar. Por ello mis miniaturas, mi técnica y mis fotos no tienen la calidad del resto de obras que se han presentado y presentarán en este blog. Lo de las fotos se lo achaco a mi móvil, lo otro, a mi inexperiencia.

Pero vamos a lo que vamos. Con todos ustedes, el primer segundo post de miniaturas históricas. Hoy, infantería británica del período tardío de la Segunda Guerra Mundial.

Contexto

La Segunda Guerra Mundial es uno de los períodos más atractivos de la historia contemporánea tanto por las implicaciones para nuestro mundo actual en forma de política (el Estado de Bienestar o Welfare State se presenta en Reino Unido como contraposición a la cruenta guerra y penurias para la población y su dedicación absoluta al esfuerzo de vencer a las fuerzas alemanas, en lo que se conoció como Warfare State), tecnología (inventos como los cohetes, la energía nuclear, el radar o los aviones a reacción son hijos del conflicto) o estética (como molan los uniformes de las SS).

El Imperio Británico fue uno de los poco países europeos que consiguió detener el poderío militar alemán, antes incluso de que pudiese tocar tierra en la Pérfida Albión. La Batalla de Inglaterra es uno de los puntos de inflexión del conflicto y permitió, entre otras cosas, que las islas británicas sirviesen como base de operaciones para la apertura del llamado Segundo Frente en Europa, bajo batuta americana.


La relación entre EE.UU y Reino Unido fue fundamental para que estos últimos pudiesen resistir y, conjuntamente con la producción de carros de combate y otros artilugios en suelo americano para ser utilizado por las fuerzas aliadas, también se confeccionaron uniformes británicos. Y digo esto porque, me baso en los uniformes británicos producidos en EE.UU para seguir su esquema de color (aunque con mucha libertad), que puede verse en esta fotografía de época. ¿Qué época? 1943.

Los colorcicos




Para pintar esta miniatura se ha usado un esquema de colores tierra acordes al período histórico ya que se trata de miniaturas uniformadas. Lo malo de pintar este tipo de miniaturas es que, al contrario que las de fantasía, los esquemas de color vienen algo prefijados y tenemos menos libertad.


He usado colores vallejo: Uniforme Inglés para el… bueno, el uniforme. Marrón cuero para el rifle y la mochila (un Lee-Enfield de cerrojo, sin la balloneta calada), Verde Americano (para los complementos), Gris Metalizado (para las partes metálicas del rifle) y Marrón Caqui (para los cubrebotas). Para la base he utilizado Gris Neutral (adoquines), Amarillo Caqui (tierra) y Tierra Oscura (para las piedras. Para la cara he usado Carne Medio (base) Marrón Cuero (contorno ojos) y B/N para los ojos. 


¡Al lío! (o el proceso de pintura)

Lo primero que he hecho ha sido eliminar la base metálica de los pies de la miniatura para poder colocarla en una base (mi primera “currada) que ya tenía hecha. Esto se ha hecho a fuerza de cúter y no voy a mentir: ha costado. La base se ha hecho con tierra y piedras de The Army Painter y con masilla (quizá demasiado para lo que es, también de TAP). Finalmente y tras la imprimación en Negro (spray, de Formula P3). La miniatura (se me había olvidado) es un soldado básico de infantería británica de Bolt Action.
                          



Aplicamos la capa base a toda la miniatura



Hacemos los correspondientes lavados con Flesh Wash de Formula P3 (carne,  tierra y piedras aquí con un poco de marrón diluído) y Nuln Oil Shade (the GW) para el resto, incluido los adoquines. Quería dar un aspecto oscuro a la miniatura. Al final me ha quedado más oscuro de lo que quería pero fallando aprendemos. (Estaba húmeda cuando se hizo la foto)





Finalmente procedemos a dar las luces. Para ello hemos realizado una primera luz a pincel seco con el color base y luego hemos ido escalando estas con un pincel de detalle, bien por capas (como en el uniforme), bien sólo centrándonos en aquellas partes que sobresalen más. He dado de 2 a 4 luces. Aquí las primeras:





 Dar luces es algo en lo que tengo aún que mejorar porque aunque la técnica pincel seco más detalle en esquinas es efectiva, mi favorita es ir escalando por capas aunque es mucho más complicada y puedes cargarte la miniatura (como me ha pasado en alguna ocasión). Seguimos con las luces. Escalando hasta la 3 o 4 luz y dando una luz blanca a los adoquines (solo llevan dos luces) y algo de gris a las piedras. Finalmente incorporamos matujos amarillentos de TAP a los lados y voilá. Habemus infantería.





Lo mejor:
La base me ha gustado mucho. No confiaba en que quedara bien pero me ha gustado bastante el resultado final.
Lo peor y mejorable:

A parte de las luces que tengo que seguir, la mano izquierda se me ha quedado algo mongoloide. He intentado que esto no pasase pero creo que hubiese sido mejor dejarla con menos luces (no por nada sino porque metí la gamba) y la cara, con el contorno y el lavado de tinta se me ha quedado uno poco cadavérica.

Esto es todo. Ha sido un post largo pero espero que os haya gustado. La próxima vez os presentaré unos partisanos franceses que pienso empezar para un diorama así que estos vendrán sin base pero con un esquema de color más alegre (yuju, resistencia) o al menos, más variado.

PD: Hay una foto descentrada. Culpa del blog que no me deja centrarla. 

domingo, 25 de octubre de 2015

Ave, Imperator. Gladiadores [Parte 1/2]

O más bien debería empezar con un: Ave Caesar Morituri te Salutat. La frase atribuida tradicionalmente a aquellos hombres que se batían en la arena allá en la antigua Roma.


Ave Caesar Morituri te Salutant, por Jean-Léon Gérôme(1859)
 Y es que los gladiadores nunca pasan de moda. Desde la ya mítica Espartaco (1960), protagonizada por Kirk Douglas, pasando por la conocida Gladiator (2000), de Ridley Scott y Russell Crowe, hasta la serie relativamente reciente de Spartacus (2010-2013), siempre han estado presentes en cada generación. También multitud de novelas y cómics han procurado que no nos olvidemos de estos "guerreros" tan carismáticos. Así que caer en un juego de miniaturas ambientado en los combates de gladiadores era algo inevitable. Y a eso que me puse.

Alentado una vez más por varios aficionados de la comunidad de La Armada acabé interesándome por Jugula, un juego de ambientación histórica que recrea los combates entre gladiadores. Jugado con cartas y un tablero, Jugula combina la necesidad de la estrategia sin perder, a mi juicio, el dinamismo y "brevedad" que un juego de estas características requiere. El objetivo de hoy no es hablar sobre este u otros reglamentos de temática similar (como podría ser el Arena Rex), a los que sin duda habrá que dedicarles más lineas, si no mostrar mis primeros pasos por este mundo de arena y sangre.

***

Las miniaturas en cuestión son de la marca Crusader, de las que puedo decir que cuentan con un destacable factor calidad-precio que las ha convertido en la primera opción para muchos. A la hora de pintar, he optado por la sencillez, llevando un esquema común pero aplicando pequeñas variaciones para dotarlos de cierta personalidad. Las miniaturas son muy agradecidas ya que el esculpido permite que el acabado sea aceptable hasta en las manos más torpes (como las de un servidor).

Aquí vemos a un Hoplomachus (izq) y un Provocator (drch) viendo a ver a quién le toca pagar al afilador. El "dorado" es el elemento común y lo que hace que ambas miniaturas no desentonen demasiado. En el Hoplomachus abundan los marrones suaves a los que se les he aplicado sobras con tinta marrón y unas pocas luces de un tono hueso deslucido. El Provocator, por otro lado, tiene más variedad de color.


El Hoplomachus de nuevo acompañado de un Dimachaerius.

Thraex o "tracio" con detalles en azul sombra con unas luces de gris claro.

Para terminar, una foto de familia.

En el caso del Jugula, con estas cuatro miniaturas, ya tendríamos lo necesario para ir a la arena. Por supuesto, a estos gladiadores, les seguirán otros. Si la idea es convertirme en un buen lanista, necesitaré muchos más combatientes por los que apostar. También podríamos añadir unas cuantas fieras y hasta un escenario donde puedan matarse a placer. Tiempo al tiempo, por lo pronto habrá que añadir un Retiarius como mínimo. ¿No creéis?

¡Un saludo!

martes, 20 de octubre de 2015

Desafío de Belmonte

Hace ya 10 días, un servidor se dejó caer por Belmonte (Cuenca) para ver el Torneo Internacional de Combate Medieval que se iba a celebrar durante los días 10, 11 y 12 y para el que se esperaba la asistencia de al menos 20 equipos de diversas nacionalidades. 

Pues bien, a pesar de que solo pudimos asistir el sábado, tengo que decir que salimos del evento con una impresión muy positiva. Con la entrada al recinto, cabía la posibilidad de visitar el Castillo de Belmonte y a eso que fuimos nada más llegar (después de desayunar, claro). El castillo es simplemente espectacular, tanto por su estado de conservación como por la historia que lo acompaña, de la que recomiendo empaparse.  Aparte de la impresionante bóveda de la capilla, el punto fuerte son quizá sus torres, desde las que se puede divisar la muralla, la localidad y todo el paisaje manchego que la rodea. El conjunto en sí evoca épocas pasadas.


Tras la visita turística de rigor pudimos dar cuenta de unas buenas cervezas artesanas y recorrer los distintos puestos de artesanía donde podías encontrar desde jabones artesanales hasta hachas y escudos. Comimos en uno de los escasos tres puestos que había en el recinto y aunque hubo que esperar bajo el sol más de lo recomendado, la charla, el ambiente y el refrigerio artesanal hizo más agradable la espera.

Finalmente entramos en materia y pasamos a las gradas para ver lo que esperábamos que fuese una exhibición de destreza, juego en equipo y golpes a diestro y siniestro. Con el castillo siempre de fondo, con espacio suficiente en las gradas y con la emoción propia de un chiquillo, comenzaron los duelos uno contra uno tras los que les sucedieron los combates de cinco contra cinco y diez contra diez. Yo llevaba ya un año siguiendo este deporte pero era la primera vez que lo presenciaba en directo y tengo que decir que merece mucho la pena.


Pudimos constatar cómo los equipos procedentes de países donde el Combate Medieval lleva practicándose décadas tienen más tablas, y cuentan con profesionales muy duros en esto de repartir espadazos. El último combate de la tarde entre el equipo estadounidense y el mixto ruso-ucraniano (un diez contra diez) nos generó adrenalina a paladas y dio el punto y final a una gran jornada. 

Lo mejor: La localización del evento es sencillamente perfecta y se presta a que puedas pasar el día entero allí. Además, tuvimos la oportunidad de ver equipos de diferentes países y disfrutar de cerca de los Combates Medievales.

Lo peor: Debió preverse la afluencia de tanta gente y haber habilitado más puestos que ofrecieran servicio de comidas, ya que en la hora punta se formaron colas considerablemente largas. Y durante los duelos, echamos en falta más información por parte de la comentarista ya que en más de una ocasión no sabíamos ni de qué país era el vencedor.

En cualquier caso, son pequeñas contras que en futuras ediciones, y conforme este deporte se vaya asentando más en nuestro país, irán solventándose. Por el momento, me da a mí que el año que viene habrá que volver.

Un saludo.

jueves, 15 de octubre de 2015

Enanos de Tir-Nâ-Bor

Nunca está de más tomarse un tiempo para uno mismo, desempolvar el pincel y sumergirse en el vasto mundo de la fantasía un par de horas a la semana. ¿Por qué? Pues porque nada te puede hacer más feliz que triturar goblins con un martillo del tamaño de tu cabeza. Y en eso, sin duda, son expertos los gemelos Zhurra y Páliz.


He aquí las dos miniaturas que he desempolvado, directas del baúl de los recuerdos. Se trata de dos Brutos con martillo de la marca Confrontation.


¡Al lío! Comenzaremos pintando la capa base del color predominante de las figuras, la piel en este caso, para hacernos una idea de qué colores usar a partir de entonces.


Damos un lavado con un tono más oscuro para sacar a la luz los relieves y elegimos el resto de colores base.


Primera capa de luces a base de los mismos colores mezclados con algo de blanco. Ya vamos viendo hacia dónde va la apariencia, un buen momento para elegir qué colores usaremos para los detalles. 


Ya empiezan a tomar forma, a falta de los metalizados de las armas y algunos complementos. Mucho rojo, marrón y carne en la paleta piden toque de azul para las últimas pinceladas y algo de verde en la peana.


"Matar."


¡Recta final! Ya sólo queda encolar la base de la peana y sumergirla en arena, y ver cómo la miniatura gana presencia a base de un poquito de tierra y vegetación artificial con nuestros pinceles ya guardados en la caja.

¡Un saludo, y hasta la semana que viene!

Brochazo de salida

Todo ocurrió durante el nefasto Octubre de 2015...

El verano se despedía con sorna y la vida real, esa repugnante vida escasa de tiempo libre, caminatas por el campo y sonrisas radiantes, golpeaba con fuerza a los mortales. Los días se sucedían uno tras otro, alternando calor sofocante y frío glaciar según la semana. Seres horrendos y retardados, comparecían todos los días en la caja tonta para explicar planes de dudosa calidad para solucionar problemas que ellos mismos habían creado.

El mundo parecía estar sumido en un bruma tétrica y la desesperación cabalgaba a lomos de un híbrido de cerdo cruzado con una gallina, tal y como se había predicho milenios atrás.

Como el Necronomicon estaba lejos de ser encontrado y leído para poder poner fin a todos nuestros pesares, un grupo de héroes decidimos crear una alianza con el firme propósito de aportar al mundo algo tan poco original como un blog. ¡En efecto, otro blog más! Éste versaría sobre ficción, fantasía, historia y wargames y además podríamos hablar de estupideces, libros, viajes e incluso brebajes artesanales. Sí, lo haríamos y así dejaríamos un rastro en Internet sobre nuestros pasatiempos y elucubraciones. Sería épico, sin duda.

Así pues, un concilio fue creado...
¡EL CONCILIO DEL PINCEL!