El Concilio

lunes, 30 de noviembre de 2015

I Torneo de Jugula. La Armada.

¡Buenas a todos!

El pasado sábado 28, los ambiciosos lanistas teníamos una cita en Madrid para llevar a la arena a nuestros luchadores.

Este primer y desenfadado torneo/jornada (organizado por un incombustible Alexis), sirvió a varios de los participantes para conocer las reglas y a otros, que apenas habían jugado dos partidas, como un servidor, para ganar algo más de experiencia en la mecánica del juego. Aunque el Jugula se merece un análisis más exhaustivo, me limitaré a decir que es sencillo, rápido y divertido. En cuanto a la jornada en sí, fue inmejorable.

Nos reunimos en Goblintrader Madrid Norte en torno a las 11 de la mañana. En el sótano se estaba jugando el Master de Warmachine y Hordes (¡con nada menos que 22 mesas!) por lo que fuimos a parar a la recién inaugurada cafetería del establecimiento, que salvo por dos jugadores de Bloodbowl, la tuvimos para nosotros solos. Como estaba previsto jugar al menos tres partidas, procuramos no perder mucho el tiempo antes de meternos en faena. Una vez realizados los emparejamientos llegó el momento de sentarse y ver quién tenía los gladiadores más duros.

***

PRIMERA PARTIDA.

En la primera partida me tocó enfrentarme con Adri, que contaba con la misma escasa experiencia que yo, lo que nos permitió a ambos desentumecernos y aterrizar un poco en la dinámica del juego.

Despliegue:
Dimacharius // Murmillo // Hoplomachus // Provocator

El Dimacharius, armado con sus dos espadas,
vuelve al combate en el momento clave.

La idea era que el Murmillo y el Hoplomachus sirvieran un poco de yunques y que el Provocator y sobretodo el Dimacharius, que corre que se las pela, pudieran colarse en la linea enemiga.

La partida empezó sin mucha prisa, ambos avanzando lentamente y con más ganas de engordar nuestros mazos de cartas que de repartirnos espadazos. Los dos "equipos" formaban lineas solidas y parecía que iba a ser difícil que corriera sangre en un solo sentido. Al fin, tras varios tanteos, mi Dimacharius empujó a uno de los gladiadores de Adri hacia el fondo y el resto aguantaron como pudieron el sin fin de tretas que mi rival les tenía reservadas. Gracias a que Dimacharius se dio la vuelta y llegó a la refriega a tiempo de salvar la situación, la partida acabó decantándose a mí favor.


El resultado fue un 8 sobre 10 ya que tanto mi Hoplomachus como mi Provocator (que no tuvo un buen día) fueron heridos.





SEGUNDA PARTIDA.

En esta ocasión me enfrenté a Alfredo y pudimos ver un juego más fluido debido a que llevábamos las reglas más frescas.

Despliegue:
Murmillo // Secutor // Hoplomachus // Dimacharius

Una vez más, me decanté por una composición de tres gladiadores pesados y uno ligero. El Provocator lo mandé al ludus a recuperarse de la fea herida recibida en la partida anterior, y lo sustituí por un Secutor, el cual me hizo la partida. El despliegue fue algo extraño y los primeros movimientos situaron tanto a sus gladiadores como a los míos repartidos por parejas. No obstante pude amagar en el avance y hacer que el Secutor atacara por la espalda una de las parejas de Alfredo. Aunque me arriesgué a que mi Murmillo sufriera una paliza, me salió bien la jugada y presioné cuanto pude, obligando a mí rival a centrar sus esfuerzos en que sus dos gladiadores rodeados aguantasen.

Tras la muerte del Dimacharius rival, un gladiador (escudo azul) se enfrenta a tres oponentes.

Entre el nuevo fichaje, mi ya veterano Hoplomachus y el Dimacharius la partida acabó cuando sus dos gladiadores murieron, dándome la victoria. El resultado fue un 9 sobre 10 ya que mi Dimacharius sufrió una herida.



TERCERA PARTIDA.

Andaba yo con la moral alta y para el último combate decidí repetir la alineación que tan buenos resultados me había dando en la partida anterior. Mi oponente, Enrique, venía al igual que yo, a darlo todo, por lo que prometía ser un gran enfrentamiento.

Despliegue:
Dimacharius // Hoplomachus // Secutor // Murmillo


En esta ocasión la idea era contrarrestar a mi adversario así que dispuse los gladiadores un poco en función de los suyos. Pero desde el principio (y tras varios buenos movimientos), Enrique se hizo con la iniciativa de la partida y me obligó a jugar muy cerca de mi lado del tablero, poniéndomelo muy difícil.

Ganar este combate multitudinario se convirtió en la prioridad para ambos.

Después de varios bailes conseguí salvar la vida de mi Hoplomachus, que se había quedado rezagado. Además, pude acabar con uno de los gladiadores que estaban presionando al Secutor y al Murmillo.

El Dimacharius (peana marrón, abajo a la izquierda) corre en ayuda de su compañero para combatir al Tracio (peana verde, abajo a la izquierda).

El combate al fin se equilibró y pude ver cómo recuperaba empuje y control sobre la mesa. No obstante, el tiempo acabó y tanto mi rival como yo terminamos el torneo con un empate bien reñido que me ponía a mí en el segundo puesto y a él en el tercero. 4 puntos.

Así pues, el recuento de puntos me confirmó como subcampeón.  Me llevé conmigo un diploma, más miniaturas de gladiadores con las que nutrir mi ludus y una gran experiencia. Tras el torneo hubo una comida que se alargó hasta bien entrada la tarde y que fue simplemente excepcional.


***


Por último, me veo obligado a gradecer a todos mis "oponentes" su impecable actitud y a todos los participantes en general por crear un ambiente tan agradable. De hecho ya se anda planeando una segunda edición. No habrá que descuidar el entrenamiento en la escuela de gladiadores me parece a mí...

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Las sobrinas del sheriff [Parte 1/2]

Hacer que impere la ley en el lejano y salvaje oeste es sumamente complicado. Los forajidos, ladrones y malhechores siempre están a la espera del momento propicio para abalanzarse sobre los indefensos y los incautos. En muchas ocasiones, solo un sheriff mantiene la débil frontera entre el imperio de la ley y el orden y el completo desastre. ¿Pero por qué habría de estar solo ese sheriff?

Hace ya casi un año que el Wild West llamó a mi puerta. El que más o el que menos ha visto una película del genero y la oportunidad de plasmar todas esas escenas grabadas a fuego durante la niñez en un wargame se hace tentador. Han emergido multitud de reglamentos para llevar acabo esa tarea pero quizá uno de los más conocidos sea el Dead Man´s Had. Al menos fue el juego con el que me estrené en esta temática y al hacerlo me di cuenta de que hacerse con una banda no era mala idea.

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Las tres miniaturas que os traigo forman parte del espectacular catalogo de Black Scorpion y más concretamente a dos de sus referencias (un sheriff y las cowgirls). Dejando de lado lo exuberante o no de las cowgirls, diría que estas miniaturas destacan a simple vista. Aunque no soy muy amigo de la resina, el esculpido es impresionante. Basta con tener una miniatura de esta marca delante de tus ojos para darte cuenta de que es una buena apuesta por su calidad/precio.

Las miniaturas llevan un tiempo pintadas y al verlas echo en falta algunas cosas que he aprendido últimamente pero voy a aprovechar a dejarlas así para ver si en la segunda parte (parte 2/2) puede apreciarse alguna diferencia (a mejor, ¡espero!).

Pues bien, la primera de las sobrinas es ¡Ellen Hurricane!. Que no os engañe su pálida piel y su escasa ropa, tiene muy buena puntería.

El color predominante en su vestimenta es azul sombra y el gris. Las luces de y los detalles tanto de los shorts como de la ¿blusa? son de un gris más claro. El rojo del pelo es bastante complicado y no es fácil cuadrarlo para que tenga una apariencia que esté a caballo entre lo realista y lo fantasioso, que era la intención.

Su hermana mayor, ¡Penelope Crash!, tiene mucha menos paciencia que su hermana. Es una experta jinete y una tiradora mortal cuando se trata de abatir a un baboso a más de cien pasos.
Aquí, la gabardina daba mucho más juego y aunque los pantalones siguen el mismo patrón que con Ellen, pensé que estaría bien ver otro color en la blusa.

Y finalmente llegamos al ¡Sheriff! del pueblo. Este veterano guerrero lleva toda la vida luchando contra el crimen pero hace un tiempo que las bandas asolan la zona, por lo que ha pedido ayuda a sus adorables sobrinas.
 Aquí hay mucha menos carne y los tonos son más apagados. Y puede que ese sea el motivo por el que creo haber controlado algo mejor el resultado. Los pantalones llevan varias capas, con luces en un marrón arenoso y con sombras de tinta marrón. La blusa sigue el mismo patrón que con la gabardina de la miniatura anterior. Creo que es un color que les queda bien. Mención especial a su bigote, es el bigote de la ley.


 Aquí podemos ver al Sheriff defendiendo una carreta con la incuestionable ayuda de Ellen y Penelope.
Y para terminar una pequeña foto de familia. Os adelanto que están por llegar más cowgirls para ayudar a sus hermanas en el despiadado y lejano oeste; aunque aún nadie sabe cómo se llamarán. ¿Alguna idea?

¡Un saludo!